domingo, 5 de abril de 2015

Interlocución



En los días que siguieron a la conferencia de Murillo Karam en que confirmaba con escalofriante detalle el destino final de los 43 normalistas de Ayotzinapa, aquella del famoso y tristemente célebre “Ya me canse”, se dio una cantidad de marchas de protesta.

Previsible desde la óptica del dolor de los padres y de quienes se conduelen de la desgracia ajena… Pero previsible también desde la rivera de quienes no se conduelen pero ven la posibilidad de lucro político electoral.

Los padres de las víctimas han tenido que cargar no solo con el dolor de su pérdida sino con las críticas no siempre justas sobre su proceder: Que si han sido malos padres al permitir que sus hijos participasen en actos de protesta, o si intransigentes por no aceptar la explicación y limitaciones que el gobierno les ofrece en su momento de necesidad.

Las críticas sobre los padres de las víctimas no solo han sido en estos casos sino que ya antes se ha dado esta situación. Ahí tenemos a quienes hacen lo mismo con los padres de los niños de la Guardería ABC… Lo opuesto también es verdad y se ha descalificado por “colaboracionistas” a por ejemplo Martí o Wallace (llegando al extremo de insinuar que su hijo vive y es toda una farsa). Luego está el caso de Sicilia, a quien los que en un principio alababan o denigraban en su tragedia solo por su orientación política, luego lo denigraban o alababan por tener interlocución con el gobierno.

Y es en este tema de la interlocución en el que me detengo. En el caso de Ayotzinapa y aun en anteriores ocasiones, cuando alguien decía que las protestas fueron justamente dirigidas en reclamo a la autoridad que no cumplía con su obligación de garantizar seguridad, pero que dejaban fuera la a mi parecer importante tarea de dejar claro el repudio de la sociedad a los actores intelectuales y materiales de las desgracias; al crimen organizado pues; se respondía a algo que no se planteaba. Se decía que no debía hacerse ello por no ser los criminales interlocutores validos para una sociedad agraviada.

Repito. Respondieron a un planteamiento que jamás se hizo. Nadie en su sano juicio ha planteado que deba tenerse interlocución con criminales, era (ES) una observación que señala que se ha dejado de lado repudiar a los asesinos, que se ha dejado de lado la oportunidad para que como sociedad no solo exigir a las autoridades sino de mandar un mensaje claro de que se rechazan los métodos de los criminales. Eso no es interlocución.

En Colombia con las FARC, España con ETA y más recientemente en Francia con los ataques a Charle Hebdo, la sociedad ha marchado en repudio a los que los criminales y nadie ha remotamente dicho que ello sea entablar interlocución con los asesinos.

Ahora en México y en días pasados, algunos padres de los normalistas han intentado ahora si interlocución con el líder de los rojos, grupo rival de guerreros unidos, señalado esté último grupo como autor material del asesinato de los 43.

No hay modo de que critique yo aquí la decisión de esos padres. Su pérdida es inconmensurable y en su necesidad de respuestas nada es demasiado. Mi comentario es para las buenas conciencias que descartaron la interlocución cuando no fue propuesta como acción en las protestas y que hoy no dicen nada en lo absoluto.

De pilón: Fundamentalistas en Kenia han matado a más de cien estudiantes en una universidad, el punto geográfico, la fe religiosa y puede que hasta el color de piel de las victimas parecen tener un efecto de minimizar la tragedia a nivel mundial. Parece que sin lucro político no hay activismo.

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