Así dijo El presidente Peña durante una entrevista a
León Kurauze, que una segunda fuga de El Chapo debía ser imperdonable; y luego, como si eso bastara, como si de un conjuro
se tratará, nada más se hizo para evitar esa segunda fuga.
Ni Fox en 2001 y a mes y medio de tomar posesión, ni
Peña a medio sexenio y 16 meses de la recaptura son carceleros, pero sí que son
responsables del nombramiento de las personas que deben garantizar la seguridad
de los centros penitenciarios.
En 2001 y hasta el día anterior a la segunda fuga de
El Chapo, para una parte de la sociedad identificada con el PRIismo el
responsable era Fox. Hoy no hablan ya de la responsabilidad de aquel ni mucho
menos de la de Peña.
Lo imperdonable
de la segunda fuga fue creer que bastaba cambiar al ejecutivo para conjurar el
riesgo. Los resultados no permiten
asegurar que se hayan dado cambios de ningún tipo en las medidas de seguridad
de la prisión ni alrededor de El Chapo.
Para colmo, hace algunas semanas se supo oficialmente
por el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, de las
visitas que con documentación falsa, Guzmán recibió de una mujer a quien han identificado
como Lucero
Sánchez López, diputada local en Sinaloa. Un año antes, la hermana de Sánchez López había sido asesinada y diez días
después de eso, lo mismo ocurría con el esposo de la diputada. Imperdonablemente, nada de eso llevo a
las autoridades encargadas de la
seguridad en el Altiplano a reforzar la vigilancia sobre El Chapo.
La fuga de El Chapo por un túnel casi equidistante de
la cárcel como de un regimiento de la SEDENA ocurre además cuando
recientemente, se realizaban trabajos de mantenimiento en los acueductos del Sistema Cutzamala que imperdonablemente pasan a un costado de
la barda perimetral del penal. Ello pudo haber facilitado el movimiento los más
de dos mil metros cúbicos de tierra que según estimaciones debieron salir del túnel.
Tejer una red de complicidades tan amplia para
involucrar a la comisión nacional de seguridad, a la SEDENA y a la CONAGUA es
mucho pedir. Mientras más personas involucradas hay en una conspiración, mayor
riesgo de fallas existen, por ello, la imperdonable
segunda fuga de El Chapo parece más bien haberse favorecido por una escandalosa
ineptitud de un gobierno metido hasta el cuello en escándalos de corrupción,
enriquecimiento no correspondido con sus ingresos declarados y ocupado en maquillar
su imagen en lugar de atender las obligaciones que protestaron
cumplir. Comprar a unos cuantos y dejar a los demás seguir nadando de a
muertito parece ser lo que más probablemente facilitó esta evasión.
Esta presidencia parece haberse propuesto sacar las
reformas necesarias pero largamente pospuestas como su razón de ser, como su
meta sexenal. Sorprendentemente quizás aun para el propio gobierno lo ha logrado
en apenas dos años y fracción y creo que ahora se encuentra sin saber que hacer
el resto del sexenio.
El combate a la corrupción que lógicamente debiera ser
una prioridad para la viabilidad de las reformas aprobadas, pero más aun, para
la viabilidad del país, no ha sido ni remotamente el combustible que impulse el
resto del sexenio. No la ha sido porque no puede serlo entre tanto negocio
inmobiliario de la familia presidencial y su gabinete.
Puede ser que el Presidente Peña y su gabinete nada
tengan que ver con crimen organizado o grandes fraudes financieros, pero por lo
que se ve a simple vista en cuanto a negocios inmobiliarios parece suficiente
para que los ex gobernadores de Tamaulipas, para que los Moreira o para que los
Vallejo y otros tantos integrantes de la familia revolucionaria institucional se
muevan libremente sin sentirse amenazados. Estar en las entrañas del poder les
da sin duda acceso a información detallada de los negocios de Peña y su
gabinete, negociar impunidad no parece fuera de lógica y la oposición no parece
estar libre de culpa. Difícil ver por donde desatar ese nudo.
De pilón: El componente de base
social que en algunas partes del país tiene el crimen organizado es otro
factor que complica la salida del laberinto de corrupción. La captura de El
Chapo en 2014 originó movilizaciones de apoyo al capo; ahora con su fuga
parecen haberse dado expresiones de júbilo que hasta un Tedeum proponían en la
catedral de Culiacán… La fuga es si, imperdonable, pero no inolvidable; otro escándalo
reemplazará pronto a este... ¿El gobierno que merecemos?