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lunes, 8 de febrero de 2016

Los mochos escarlata

¿De qué estamos hablando aquí?

Si no hablamos de la comisión de un delito, de la violación de una norma civil y ni siquiera de la transgresión al bando de policía y buen gobierno, me parece a mí que se trata de emitir un juicio moral sobre el presidente del país y la jerarquía católica.
 
Es un asunto que honestamente a mí con todo y lo mal católico que soy me jode mucho el ánimo y que lo hace no a raíz de este trabajo “periodístico” sino desde antes y por ser evidente para quienquiera con clases mínimas de catecismo católico. Pero ello es únicamente en el ámbito que corresponde a la fe y a la religión. O sea, en el ámbito que corresponde (o así debiera ser) puramente al fuero interno de las personas.
 
Hablar desde la pregonada laicidad de “tráfico de influencias” para arreglar un asunto de índole religiosa. Hablar de derechos para referirse a un asunto del ejercicio del ministerio sacerdotal es un sinsentido que lleva el tema al campo de lo que tanto se denuncia desde la progresía pero que tanto se hace. Esto es, todo se lleva al campo de la moralina… de una actitud a todas luces MOCHA para juzgar al adversario político.

Así las cosas, no extrañe pronto encontrarnos en un reportaje de investigación que un otrora joven adversario político disfrutaba el clásico juego de mesa Monopoly (Turista) y que de ello se concluya y se denuncie la corrupción del individuo y sus maléficas artes neoliberales.
 
Lo verdaderamente criticable de EPN no es su copete, su matrimonio, sus errores ante los micrófonos y ni su deficiente catolicismo y su asociación con jerarcas igualmente cuestionables. Lo verdaderamente criticable está ahí a la vista de todos y se llama CONFLICTO DE INTERESES. Ese asunto lo puso a la vista de todos, una muy buena investigación de Carmen Aristegui. Obvio con ayuda de enemigos políticos de EPN como es lógico, aunque dependiendo del político en el banquillo de los acusados, algunos le llamen complot.
 
Ahora todo mundo anda en Babia por una investigación “periodística” de un tema por demás baladí, mas propio de encontrarse en revistas "del corazón" que en medios que tratan asuntos de índole política y en boca de actores políticos que se dicen laicos en un país al que la separación Iglesia – Estado no le ha resultado en absoluto barata.
 
Y el tema se ha puesto ahí (¡Oh qué ironía!) por la propia Carmen Aristegui.
¡Vaya con la cortina de humo!
¡Vaya con quien la ha puesto ahí!
 
De la derecha no extraña ni extrañaría este modo de hacer política. Y no porque se ciñan a los preceptos religiosos que dicen profesar, sino justamente porque dicen profesarlos.
 
Qué cosa tan interesante es en cambio, que la izquierda para quien en cuestión de política pública esto es irrelevante, otorgue por una parte el perdón con tono de absolución a quien hace apenas unos meses acusaba de corrupción (con lo que eso implica jurídicamente) y que por otro lado lance anatemas a quien transgrede normas religiosas.
 
De pilón: Ahí viene el Papa y la progresía reniega en redes sociales por la falta de quejas de otros internautas. Agachones, mochos y persignados son adjetivos usados en quienes “no hacen nada”…. Pero bien que festejaron una visita realizada hace menos de un año, con entrega de medalla (¿de de fray Bartolomé de las Casas?)  y una carta congratulándose y agradeciendo la próxima visita.

domingo, 23 de agosto de 2015

Previsible



Fiel a la tradición de dar las noticias en viernes, el Nuevo Viejo PRI presentó este 21 de Agosto las conclusiones de la SFP respecto de las investigaciones por la “Casa Blanca de EPN” y la casa en Malinalco de Luis Videgaray.

Hace meses comentaba que si bien las transacciones pueden cumplir las formalidades que las hagan perfectamente legales, la cuestión del asunto radica en la nada remota posibilidad, de que los prósperos negocios de los contratistas se deban a algo más que a licitaciones ganadoras. Que el asunto trasciende desde el principio el de la legalidad (sobre todo con la ley actual llena de huecos) y que es de la pérdida de confianza del electorado sobre la legitimidad más que la legalidad de las acciones de sus representantes electos.

El resultado de la “investigación” encabezada por Virgilio Andrade es en resumidas cuentas la que se preveía desde el principio; esto es, la exoneración del jefe y nada hizo por recuperar aunque sea un poco esa confianza antes mencionada.

Andrade concluye tras entrevistar a 111 funcionarios públicos que no hubo participación de EPN en los contratos con HIGA. Al parecer no se le ocurrió procurar evidencia documental, de correos electrónicos u otra forma de comunicación. Ahí pa’ la otra.

Por esas entrevistas, también concluye Andrade que "Los funcionarios que participaron en las contrataciones no recibieron instrucciones" del presidente (claro que tampoco en los video escándalos el jefe de gobierno supo lo que hacían su secretario particular y secretario de finanzas; ni el presidente Fox supo los negocios de los hijos de su esposa).

Que el contrato con HIGA se firmó cuando EPN no era presidente y que por eso no hay conflicto de interés. ¡Por favor! Como si tiempo después no hubiese forma de pagar favores.

Dice Andrade que de acuerdo a la ley: "Para que haya conflicto de interés se necesita demostrar la parcialidad del funcionario y que usó el cargo para influir en los contratos". No obstante, basta ver cuántos contratos logró HIGA antes de la gubernatura de EPN en el Estado de México y cuantos durante la misma. Cuantos con la federación antes de 2012 y cuantos después.

Igualmente a Videgaray lo exonera bajo la premisa de que al celebrar el contrato, este no era funcionario público, pero no repara en el hecho de que las condiciones del crédito por la compra están fuera de valor de mercado tanto en el monto de los intereses como en el hecho de que estando Videgaray “desempleado”, no podría ser sujeto de crédito sino hasta que unos meses después, se oficializara su puesto en el gabinete. Vamos, que HIGA le dio un crédito con mejores condiciones que las de mercado a un inminente secretario de Hacienda.

Ante las anteriores conclusiones oficiales y las airadas reacciones de no pocos, parece que el único conflicto de interés que le pasó de noche a todos es el que pretendía que un subordinado realizara la investigación del jefe.

Andrade no podía resolver desde su subordinación otra cosa y eso era obvio para cualquiera. ¿Qué hicieron la oposición y el “periodismo comprometido” en mientras? Burlarse de sus calcetines, de su relación matrimonial, cargarle muertes ocurridas en municipios y estados gobernados por ellos y un largo etcétera de fuegos fatuos. Una interminable cadena de ladridos al árbol equivocado.

El informe de Andrade así como está solo sirve para comprobarle a los fieles PRIistas eso que ya sabían, que el presidente, su esposa y el secretario de Hacienda son inmaculados. Para los opositores facilones y a los que nada les parece y nada le conceden al otro, le refuerza su idea de que Peña y su partido son incapaces de nada bueno. A quien pode “El gobierno que merecemos” le aseguro que ahí está desde siempre.

De pilón: La seguridad del que no sabe porque prefiere creer ve un crimen de estado en los asesinatos de la Narvarte. Este viernes, encontraron muerta a una pareja joven en un apartamento de San Ángel Inn (en la calle de Veracruz como si fuese una broma macabra). Victimas de segunda para los que se indignan selectivamente por los muertos. No hay posibilidad de lucro político y nadie ha hecho hashtags por ellos.

lunes, 29 de junio de 2015

No te deseo mal pero….

El mes de Diciembre de 2013 en plena “defensa del petróleo” cuando AMLO sufrió un infarto, hubo quienes aseguraban que había odio, mezquindad y carencia de calidad humana en quienes no se condolían.

Sin importar que por años Lopez Obrador había criticado a los funcionarios públicos que se atendían en la medicina privada en lugar de acudir al sector salud, sin importar que él mismo había antes expresado no estar en posibilidades de atenderse en hospitales privados, a quienes señalaban tales incongruencias se les acusaba de albergar un deseo de muerte motivado por el odio.

Dejaron de lado que AMLO y por supuesto sus seguidores habían hecho exactamente lo mismo en otros casos con sus oponentes políticos. Ahí consideraron que era perfectamente legítimo cuestionar. El límite fue cuando los papeles se invirtieron. Ahí los críticos eran fascistas y miserables.

Sin lugar a dudas hay de ambos lados de la rivera política los que alimentan un odio visceral con expresiones francamente detestables y que no vale la pena comentar y mucho menos repetir porque son injustificables e indefendibles.

Y bueno, la verdad es que desear el mal es muy torpe básicamente porque es estéril. Nadie se muere por las ganas que otros tengan de ello y es más probable que la salud del odiador sea la que se vea afectada.

Lo que me parece vale la pena comentar, es aquellas instancias en que los momentos de crisis por la salud de personajes públicos son motivo de comentarios y comparación entre lo dicho y lo hecho.

Señalar esas incongruencias parece lo más razonable y no puede esperarse que no ocurra cuando las acciones no se corresponden con lo que por años se ha dicho.

Se puede estar de acuerdo o no con que deba alguien atenderse en tal o cual instancia, pero lo que no se puede, es pedir que no se critique a alguien por poner la medida de lo moralmente aceptable a los demás e incumplirla para sí mismo.

Quienes en 2013 denunciaban odio, ignorancia, mezquindad y miseria moral tras el infarto, no se quejaron de eso antes cuando la critica se dirigía a otros; ahora están de vuelta y hacen lo mismo que criticaron.

Que si EPN tiene cáncer. Que si es imposible que esté en activo tras una cirugía (sugiero googleen “laparoscopia”). Que si es un doble quien se presenta en actos oficiales mientras él verdadero Peña muere.

Estas teorías de conspiración usualmente vienen de anónimos pero luego vienen también del “periodismo comprometido”; aquel “que sabe poco, cree que sabe, y su prepotencia lo lleva a cometer todos los errores”.

Cuesta trabajo no imaginar las reacciones (porque ya las hemos visto) de ser el caso que esos comentarios se hicieran sobre Lopez Obrador.

Lo que ocurre, es que esas acciones revelan la naturaleza de los más fanáticos de ambos bandos del espectro político que hacen justamente lo mismo que critican. Los extremos que se juntan podrían pelear contra el espejo y no notarlo en tanto no se mencione el nombre del político o partido político de su preferencia.

Exigir que los rumores en redes sociales sean desmentidos por los señalados en esos rumores ya se hizo para algunos, sinónimo de periodismo y ejercicio de la libertad de expresión cuando favorece a su opción electoral. Deben saber que la doble moral no es lo mismo que superioridad moral que luego se anda presumiendo.

De pilón: Un reportaje de El Universal comentó las muchas propiedades de Ricardo Monreal y su familia en Zacatecas sin que los simpatizantes de MORENA tardaran en criticar al periódico. Luego Carmen Aristegui en su portal hace eco de lo mismo y esos mismos críticos hacen silencio. #DobleEstandar

domingo, 26 de abril de 2015

Cuando los periodistas son la noticia.

 
Quien exige imparcialidad a los encargados de dar las noticias, en realidad está exigiendo algo que ellos mismos ni nadie puede dar. Todos tenemos puntos de vista y opiniones influenciadas por filias, fobias y circunstancias particulares.
 
Lo que no puede dejar de requerirse es OBJETIVIDAD. En ello consiste en mi opinión, el secreto del profesionalismo en el trabajo periodístico.
 
El empleo del doble estándar según se simpaticé o no con el objeto de una noticia da al traste con el trabajo.
 
Nunca es más complicado cumplir con el requisito de objetividad que cuando quien da las noticias se vuelve el centro de ella.
 
Lo usual sería que fueran conducto para conocer las noticias pero recientemente se han convertido EN LA NOTICIA.
 
El ejemplo más reciente es el de Jorge Ramos quien ha dado un discurso en la cena que la revista TIME ofreció a quienes distinguió como los 100 latinos más influyentes del año. Con ese discurso se ha colocado NUEVAMENTE como parte de la noticia.
 
Respuestas ha habido desde quienes lo reconocen a él y al estatus de influyente que TIME le otorga. La misma TIME que era señalada como parte de una conspiración internacional para adular a Peña cuando en portada lo anunciaban como salvar de México.
 
Hay también las respuestas de quienes le escatiman razón al discurso de Ramos por hacerlo desde el extranjero y por hacerlo en el foro de TIME, otrora (cuando la portada de Peña) revista ejemplar y ahora escaparate de renegados.
 
Que tales desfiguros se den entre el público en general es ya de notarse. Lo que sería realmente hilarante de no ser porque es francamente ridículo, es ver ese mismo comportamiento entre periodistas. Se critican entre miembros del gremio y se entregan a un doble estándar indigno del oficio de informar.
 
Jorge Ramos se ha colocado como tema de la noticia y eso en mi opinión afecta su objetividad. Lo mismo va para quienes se han dedicado a tundirle a él en lugar de comentar o argumentar contra la opinión que ha expresado.
 
De pilón: Similar caso el de Aristegui volviéndose noticia y los intercambios de injurias entre miembros del mismo gremio por coincidir o no con la conductora. En lo puramente jurídico, su juicio de amparo parece tendrá que ser resuelto en estos días luego del revés del tribunal colegiado de la semana pasada.