Para empezar quiero aclarar que mi muy
particular opinión, soy escéptico de las protestas y marchas. No es que necesariamente
sean infructuosas (y lo son en la mayoría de los casos sirviendo para poco más
que una catarsis colectiva), sino que el resultado es impredecible y no pocas
veces, contrario a lo que se pretendía originalmente.
Como lo muestra la experiencia y como bien
lo dijo Ikram Antaki en su texto EL BARBARO Y LOS COBARDES: “El referendo fue
históricamente, el arma de los fascistas, a los demócratas, les basta con la
aplicación de derecho.”
Dicho lo anterior y reiterando mi total
respeto a las personas que marchan y protestan en ejercicio de sus derechos
ciudadanos así como con pleno respeto los de terceros y señalando mi desacuerdo con quienes opinan que si no estorban no los pelan en lugare de ser contundentes en la argumentación voy al tema.
En inglés hay una expresión coloquial muy
socorrida que dicen “You are barking up the wrong tree” lo que libremente se
traduciría como “Le estás ladrando al árbol incorrecto”. Se usa cuando se trata
de señalar que una queja o reclamación se está dirigiendo a la persona
equivocada o mejor aun que el objetivo pretendido se ha desviado o que se ha
tomado un curso de acción equivocado para conseguirlo.
Hago referencia al dicho en inglés en relación
a la demanda de renuncia de Peña Nieto en el contexto del caso Ayotzinapa.
Verán, no es que considere que el individuo
Enrique Peña Nieto deba ser tratado en modo alguno, de forma diferente a la de
cualquier funcionario público. Lo que sostengo es que en la precisión de la
exigencia está resultando en ladridos al árbol equivocado.
Reclamar la renuncia de Peña por el caso de
lo ocurrido en Iguala a los normalistas de Ayotzinapa es un despropósito desde
mi punto de vista.
Bien visto, ha sido la PGR la que ha dado,
si bien no las respuestas deseadas, si las que a derecho corresponden y que
tocaba dar al gobierno local de Guerrero.
Están en la cárcel por esos hechos; Abarca,
28 policías de Iguala, 4 integrantes de la organización Guerreros Unidos y el
Jefe de policía de Cocula. Además, la esposa de Abarca se encuentra arraigada.
Al momento, ninguna ONG de DDHH ha
manifestado dudas sobre el debido proceso que se les sigue a estas personas.
Hasta ahí por lo que respecta a responsabilidades penales, las de carácter
político, con Angel Aguirre emanado del PRI, candidato triunfador por una
coalición de toda la izquierda electoral y de pilón, en “alianza de facto” con
el PAN, alcanzan para mucho más y nadie se salva de ser señalado y de cargar un
costo político.
Ligar el asunto con una supuesta exigencia
de renuncia a Peña que en realidad viene desde antes y promovida por quien se
dice agraviado en las urnas es desproporcionado. Se le ladra al árbol
equivocado al pretender que todo crimen en el país tenga como responsable
último al ejecutivo federal. La queja o reclamación va dirigida a la persona
equivocada.
Está por otra parte, el asunto de la casa
millonaria que aparece como propiedad de la esposa del presidente y que le
compró a plazos a Grupo HIGA.
Todo parte de un buen trabajo periodístico
de Carmen Aristegui sustentado con documentos y sólidamente presentado. En él
se demuestra la relación de Peña con el grupo inmobiliario más allá de toda
duda.
Como se sabe, HIGA fue un contratista VIP
para el Estado de México en el gobierno de Peña Nieto, y obtuvo más
recientemente el contrato para el tren rápido a Querétaro. HIGA se presentaba
para ser un contratista consentido del gobierno federal en el sexenio.
Aquí a diferencia con el caso Iguala no hay
manera de decir que la responsabilidad es compartida pues estamos ante actos
del propio Peña Nieto y/o su esposa. Actos
que no es solamente acarrea costos políticos, sino en los que se puede
tipificar el delito de tráfico de influencia.
Aquí con todo y eso, se vuelve a ladrar al
árbol equivocado, ahora no por cuestionar a persona equivocada tanto como por
hacerlo tomando un curso de acción equivocado.
Se ha hecho una tremenda alharaca por el
asunto del costo, estimado en 7.5 millones de dólares, de la vivienda. Han
corrido ríos de tinta tratando de determinar la razonabilidad de los supuestos
ingresos de Angélica Rivera como actriz de telenovelas y se ha pasado con ello
por alto el verdadero asunto de peso que es la posibilidad de que exista el
mencionado delito de tráfico de influencias.
CODIGO PENAL FEDERAL:
Ustedes has de disculpar mi escepticismo pero
que nadie haya puesto una denuncia en la PGR por esto, pero si por lo de
Ayotzinapa en la que se acusa a Peña y a la “mafia del poder” me hace sospechar
que se trata de una vacilada más. Otra treta para propiciar el show en busca de
ganar votos y a la que personas bien intencionadas se han dejado llevar.
¿Opino que el presidente es intocable? NO.
¿Creo que Peña debe renunciar? NO. No lo
contempla la legislación y ciertamente no ha de ser por causa de una exigencia
extralegal que ello ocurra.
Debe procurarse que las acciones se den por
la vía legal disponible y para asegurar que la misma se cumpla. Reclamar por vías
extralegales la salida de Peña por incumplir la ley es un sinsentido.
Demandemos el cumplimiento de la ley y si eso topa en la salida del ejecutivo
que sea y si no es así y creemos que es lo que debería ser (yo opino que así debería
ser) pues pugnemos para que la ley haga esa previsión.
De remate:
La marcha de hoy es en protesta por la detención
de 11 personas acusadas de actos vandálicos en la marcha del 20 de noviembre.
Las “evidencias” de la autoridad incluyen
la presunción de conspiración porque los acusados se llamaban entre si “compa”.
Tremenda torpeza que deja en claro la poca
y a veces nula capacidad de los cuerpos policiacos del país y al mismo tiempo,
el abuso de la protesta y las marchas.
Ante tales limitaciones del caso, más bien
se hace por los detenidos y por el sistema de justicia, pagándoles una buena
defensa legal.