Luego de la aprehensión de "El Chapo" la semana pasada, se han dado muestras de apoyo (interesado o no) al criminal.
No cabe duda de que hay una base social detrás de la libertad con que muchas veces operan las organizaciones criminales, bien por "los favores recibidos" o por un asunto aspiracional entre quienes admiran la vida mafiosa, el derroche y el dinero que se supone disfrutan esos individuos.
Esto que les pongo, no es otra cosa que mi opinión.
Intentaré poner en palabras lo que se siente al ver como nos DESTRUIMOS unos a otros.
Digo nos DESTRUIMOS y no digo que nos DESTRUYEN otros porque infortunadamente así es... No son los narcos o los secuestradores seres de otro planeta... desgraciadamente son mexicanos como nosotros, residentes de esta ciudad como nosotros, y se dicen cristianos como nosotros.
Vamos, que el problema de violencia que vive el país no nos viene de fuera.
Quien piense que no es así que se pregunte a si mismo ¿Respeto el reglamento de transito? ¿Pago sobornos? ¿Cierro calles para hacer mi fiesta aunque moleste a mis vecinos? ¿Me adelanto en las filas aunque perjudique a los que si esperan su turno? ¿Respeto SIEMPRE a mi prójimo?
Creo que no nos salvamos... todos tenemos parte de culpa en lo que nos sucede... Todos debemos buscar contribuir a la solución de esos problemas.
Va mi opinión de lo que PARA EMPEZAR podemos hacer:
Hay más narcos y violencia en la música popular, en las novelas y en las noticias que los que hay en las calles. Pero eso, tristemente puede cambiar, y de hecho está cambiando día con día.
Los humanos estamos ligados unos a otros, somos seres gregarios. El lenguaje violento afecta nuestro mundo interno. Si el hombre se manifiesta por la palabra y por el arte, promover la violencia o escandalizar con la palabra y el arte es, pues, atentar contra el hombre mismo.
Pero suponiendo que la violencia sea cotidiana, que sea así de dominante….. ¿Porque debo seguir recibiéndola, aportándola, prohijandola en el "arte" como si fuese la única realidad?
Cuando la cultura de masas ha adoptado el lenguaje de los violentos, ese lenguaje vuelve violentos a los que en primera instancia no lo son pero que la reciben, la magnifican, la glorifican incluso y terminan por disfrutarla, por vivirla y generarsela al prójimo.
Esa realidad violenta hay que rechazarla; la que está en las calles, pero con la misma fuerza la que con mayor frecuencia y facilidad se nos presenta, la de los narco corridos, la de la violencia en el cine y en la TV. Esa violencia que si no rechazamos, está con nosotros de manera omnipresente, en la que el envenenador, asesino o secuestrador es presentado como modelo a seguir.
Como padres de familia debemos ser congruentes con nuestros hijos. Sí no aceptamos la conducta violenta en un hijo, no deberíamos tolerar que consuma "arte" violento o emplee un lenguaje violento.
Las Iglesias pueden ser más firmes con sus fieles y recordarse a si mismas que no están llamadas a ser las que cuenten más adeptos sino que están llamadas a divulgar y a promover la paz oponiéndose a la violencia.
Y no hay que olvidar a los empresarios que promueven esas expresiones "artísticas". La sociedad no es solo fuente de sus ingresos monetarios; en esta sociedad viven ellos mismos y sus seres queridos. Promover su descomposición no tiene sentido. Ellos también tienen una responsabilidad social.
Digo nos DESTRUIMOS y no digo que nos DESTRUYEN otros porque infortunadamente así es... No son los narcos o los secuestradores seres de otro planeta... desgraciadamente son mexicanos como nosotros, residentes de esta ciudad como nosotros, y se dicen cristianos como nosotros.
Vamos, que el problema de violencia que vive el país no nos viene de fuera.
Quien piense que no es así que se pregunte a si mismo ¿Respeto el reglamento de transito? ¿Pago sobornos? ¿Cierro calles para hacer mi fiesta aunque moleste a mis vecinos? ¿Me adelanto en las filas aunque perjudique a los que si esperan su turno? ¿Respeto SIEMPRE a mi prójimo?
Creo que no nos salvamos... todos tenemos parte de culpa en lo que nos sucede... Todos debemos buscar contribuir a la solución de esos problemas.
Va mi opinión de lo que PARA EMPEZAR podemos hacer:
Hay más narcos y violencia en la música popular, en las novelas y en las noticias que los que hay en las calles. Pero eso, tristemente puede cambiar, y de hecho está cambiando día con día.
Los humanos estamos ligados unos a otros, somos seres gregarios. El lenguaje violento afecta nuestro mundo interno. Si el hombre se manifiesta por la palabra y por el arte, promover la violencia o escandalizar con la palabra y el arte es, pues, atentar contra el hombre mismo.
Pero suponiendo que la violencia sea cotidiana, que sea así de dominante….. ¿Porque debo seguir recibiéndola, aportándola, prohijandola en el "arte" como si fuese la única realidad?
Cuando la cultura de masas ha adoptado el lenguaje de los violentos, ese lenguaje vuelve violentos a los que en primera instancia no lo son pero que la reciben, la magnifican, la glorifican incluso y terminan por disfrutarla, por vivirla y generarsela al prójimo.
Esa realidad violenta hay que rechazarla; la que está en las calles, pero con la misma fuerza la que con mayor frecuencia y facilidad se nos presenta, la de los narco corridos, la de la violencia en el cine y en la TV. Esa violencia que si no rechazamos, está con nosotros de manera omnipresente, en la que el envenenador, asesino o secuestrador es presentado como modelo a seguir.
Como padres de familia debemos ser congruentes con nuestros hijos. Sí no aceptamos la conducta violenta en un hijo, no deberíamos tolerar que consuma "arte" violento o emplee un lenguaje violento.
Las Iglesias pueden ser más firmes con sus fieles y recordarse a si mismas que no están llamadas a ser las que cuenten más adeptos sino que están llamadas a divulgar y a promover la paz oponiéndose a la violencia.
Y no hay que olvidar a los empresarios que promueven esas expresiones "artísticas". La sociedad no es solo fuente de sus ingresos monetarios; en esta sociedad viven ellos mismos y sus seres queridos. Promover su descomposición no tiene sentido. Ellos también tienen una responsabilidad social.
Tenemos todos la capacidad de incidir para bien o para mal en la sociedad que vivimos. Hay que hacer que las cosas pasen y no solo esperar y dejar que nos pasen.
Arturo Salinas Guerrero
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