martes, 12 de marzo de 2024

La Mitología del Obradorismo: Un Análisis de sus Creencias Fundamentales

 

La mitología del Obradorismo tiene como piedra angular la afirmación de un supuesto fraude en 2006. Sin embargo, es importante recordar que no hubo fraude. Así se calificó la elección y se declaró válida. Esto fue determinado por el IFE y el TRIFE, tras el desahogo de alegatos por parte del candidato derrotado, y con una diferencia de 0.56% de votos favorable a Felipe Calderón.

Acerca de esta afirmación ya se ha dicho mucho y se ha desmantelado. Solo se puede aceptar como un acto de fe por parte de los acólitos, serviles y/o ignorantes.

Otra parte de la mitología obradorista, es la que afirma que solo son buenos mexicanos aquellos que son leales a López; no a la constitución, no a los principios fundamentales de la democracia liberal; ni siquiera a los dichos, diagnósticos, promesas y compromisos de López… sino leales a Andrés Manuel y solo a él.

El culto a la persona de López es tal, que discrepar de él es suficiente para ser tildado de traidor a la patria; señalar sus mentiras es motivo de acusaciones de sicariato para los periodistas, y demandar derechos como el de la salud y acceso a medicamentos es calificado de golpismo. El punto de partida de estos ataques es la conferencia de López, la cual realiza con la investidura, recursos y símbolos de uno de los tres Poderes de la Unión, de la titularidad del ejecutivo federal en un régimen presidencialista como el nuestro.

Nada que venga de quien no es adicto a López pasa el filtro de mexicanidad entre los leales.

¿Qué cosa es esa que hace más mexicano y no un traidor a la patria, a quien se anula a sí mismo, sus opiniones propias e incluso niega la realidad con tal de adular, justificar o cuando menos callar lo que de criticable pueda tener López y su gobierno?

Es, pues, un acto de fe igual que la mentira del fraude de 2006. Es así porque López lo dice y si la realidad hace evidente lo contrario, él tiene otros datos y sus leales solo tienen los que él les dice que tengan.

¿La Constitución? Al diablo con la Constitución y las leyes e instituciones que de ella emanen… No me vengan con que la ley es la ley.

Hasta 2018, toda crítica de López a quienes detentaban el poder tras haberlo derrotado electoralmente, se centraba (como debe ser) en señalar violaciones (reales a veces, pero casi siempre inventadas) a la legalidad.

Es solo ahora que detenta el poder, que no hay que reclamarle lo mismo que él reclamó, que hablar de legalidad y estado de derecho, es lo que hace un mal mexicano, un vendepatria, un traidor a la patria. Al diablo su Constitución. El Estado soy yo.

Esa actitud es propia de monarquías absolutistas, anteriores a la Carta Magna de 1215.

Solo quiero decirle a los leales de López que pese a todo lo anterior siguen creyendo que son más mexicanos por esa lealtad que los que en observancia de la ley y ejercicio de sus derechos ciudadanos son críticos o abiertamente opuestos al obradorismo, a transgredir la ley y la constitución, a amedrentar periodistas, a usar el poder del Estado para revelar información personal… A esos quiero decirles que son más obradoristas que yo, pero no más o mejores mexicanos que yo, no son más o mejores demócratas que yo, no son más o mejores ciudadanos que yo… Y no estoy solo, hay muchos más por allí.