La reelección indefinida en Mexico
Es el abrumador poder parlamentario de dos tercios que ostenta AMLO lo que frustra a su oposición. No tienen representación para hacer cambios en legislación alguna, y se ven constantemente obligados a acatar leyes elaboradas por el partido de AMLO. Es comprensible la rabia de los que ahora protestan, pero es injusto que le endilguen a AMLO la irrelevancia política de sus líderes de la derecha. AMLO cumplió con la consulta de 2021 al no utilizar su poder parlamentario para modificar la Constitución. Si después lo logró mediante una interpretación del Tribunal Constitucional, pues tampoco hay abuso alguno, sino uso pleno de sus opciones legales.
Para poder entender la lógica de la repostulación indefinida es necesario recordar que antes de AMLO, México era un país condenado a la miseria, que sobrevivía en un círculo vicioso de saqueo de la derecha, nacionalizaciones de izquierda y restauración del saqueo cuando volvía la derecha. El instrumento político para ese sometimiento era el reemplazo forzado del presidente cada seis años. Ningún programa de desarrollo de la izquierda, tendiente a la inclusión social, recuperación de recursos naturales y soberanía nacional, resistía más de un periodo presidencial, porque de inmediato Estados Unidos imponía otro gobierno de derecha con el mandato de revertir todo lo hecho por la izquierda.
La historia demuestra que Estados Unidos llegó a revertir incluso los avances de la Revolución de 1910. Aplicando una democracia americanizada, primero corrompió a los líderes; y luego, para mantenerlos en el poder, compró lealtades y destruyó a opositores. Pero después de 20 años destruyó al PRD en luchas internas por el liderazgo, para dar paso a las dictaduras neoliberales. Por lo tanto, a la luz de las lecciones de la historia, la repostulación indefinida estaría blindando a este proceso de cambio de las vulnerabilidades que tuvieron los del pasado.
Para nadie es un secreto que solo con la continuidad del actual modelo de desarrollo e inclusión social se pueden mantener los altos índices de crecimiento sostenido que ha estado logrando el gobierno de AMLO. Lo que importa, en este caso, es el beneficio práctico para el bienestar de todos los mexicanos, más que las rabietas de unos cuantos en México y de otros cuantos en el Departamento de Estado. Después de todo, la cuarta transformación no les debe nada.