Arturo Salinas Guerrero
Twitter: @rtoursg
No pretendo invitar a hacer una hoguera en la cual "purificar" a los pluris. Prefiero conceder que ellos pueden significar, con muchos cambios al marco legal actual y con una mayor participación ciudadana en su designación, un elemento más en un proceso para dar representatividad al ciudadano común y otorgarle voz en la toma de desiciones. Pretendo a diferencia del excelente filosofo y político Fernando Belaunzaran (@ferbelaunzaran) no una defensa de los puris (http://herejiapolitica.blogspot.com/2012/03/en-defensa-de-los-pluris.html), sino una defensa de los ciudadanos.
Para ello debemos empezar por reconocer que lejos de ser una forma de otorgar representatividad a las minorías, los plurinominales tal como se integran ahora, son puramente otro de los privilegios de la clase política y prueba de ello son su número (200 de un total de 500 - 40% del total de la cámara), seguido de la forma 100% discrecional como son integradas las listas sin la participación del elector.
Para ello debemos empezar por reconocer que lejos de ser una forma de otorgar representatividad a las minorías, los plurinominales tal como se integran ahora, son puramente otro de los privilegios de la clase política y prueba de ello son su número (200 de un total de 500 - 40% del total de la cámara), seguido de la forma 100% discrecional como son integradas las listas sin la participación del elector.
¿Por qué pensar que sería catastrófico considerar reducir su número? La representación estaría dada con un solo diputado (idealmente con el mejor de la lista) que fungiese como la voz de ese partido político que no alcanzo a ganar un solo distrito. Si es cuestión de proporcionalidad en la asignación de las curules para que se parezcan a las proporciones de votos por partido, seguro se podría hacer con menos plurinominales y complementado con una mejor redistritación.
La lucha legislativa, contrario a lo que pudiera pensarse al ver los espectáculos de tomas de tribunas y guerras de decibeles a que nos han acostumbrado últimamente, nada tiene que ver con luchas cuerpo a cuerpo, sino que se trata de confrontación de ideas.
La pulsión autoritaria y los tiempos de los legisladores dóciles no han sido desterrados ni minados con la aparición de los plurinominales. Los legisladores son autoritarios en su conjunto con el ciudadano común y son por cierto dóciles con la cúpula partidaria que los ha puesto ahí.
Ejemplo perfecto de lo anterior es la contrarreforma electoral de 2007. Nada les impidió modificar la propia constitución con la venia de los congresos locales. La pluralidad se desvaneció y fuimos testigos de cómo la mutilación de derechos fundamentales fue elevada a carácter constitucional de una manera autoritaria para el ciudadano y muy dócil a favor de la partidocracia.
La pluralidad de la cámara ha de venir de una mayor libertad ciudadana en general, y no de una protección de canonjías y privilegios a las cúpulas que detentan el monopolio del poder políticoelectoral.
Y no, no es que se pretenda “tirar al niño junto con el agua sucia”, pero si hay que decir que actualmente la partidocracia tiene la intención de conservar el agua sucia aunque para ello, tenga que por lo pronto, conservar al niño.
La figura de los plurinominales no es ni la única, ni la mejor manera de dar representatividad A LOS CIUDADANOS. Hay países que no tienen la figura de los pluris y no por ello son menos democraticos. Las propuestas contenidas en la mal lograda reforma política en su conjunto si que son promotoras de empoderar al ciudadano y de reconocerle sus derechos al INDIVIDUO. Y entre ellas se encuentra:
Candidaturas independientes.
Reelección legislativa.
Plebiscito.
Iniciativa ciudadana.
Revocación de mandato.
Ellas son sin duda mejores y más plurales mecanismos para garantizar la representación de las minorías.
Además, esas minorías no se encontrarían limitadas a verse “representadas” únicamente por el catalogo de partidos políticos con registro. “Representacion” esa de los partidos políticos que primero no abarca a todos y segundo, no se puede decir que sea tal en el caso de los mini partidos con registro pero que sin excepción alguna, se han presentado a las elecciones de los últimos años coaligados con alguno de los tres “grandes”. La alianza les supone presentarse con una plataforma electoral común y con ello el argumento de diferenciación por ideología o programas no es tal.
Caso más evidente de la falsedad que es atribuir representatividad de las minorías a los plurinominales se encuentra en el Senado. Ahí además de plurinominales se tienen a los senadores de “primeraminoría.” Es la cámara de Diputados la que en todo caso lleva la representación ciudadana y no el Senado.
El espíritu de la ley es q los Senadores (2 por estado electos por 6 años uno cada 3 años) son depositarios de la soberanía de los estados. No hay motivo para” primeras minorías” ni para plurinominales en el Senado.
Aceptando que la representación popular esta en los diputados y suponiendo sin conceder que los diputados plurinominales garantizaren por si solos la representación de las minorías, ellas ya estarían pues representadas en el congreso vía los diputados.
Reitero. No hay razón para plurinominales en el Senado. A ese paso, procedería demandar “representatividad proporcional” en presidencias municipales, gubernaturas y la presidencia de la república.
El caso del Senado, hace evidente que ciertamente, no han de llamarse “plurinominales” a los que son con toda razón legisladores de “representación proporcional”… Pero dicha representación no es del ciudadano, mucho menos de las minorías, sino que es un reparto proporcional de las cuotas de poder político y ECONOMICO entre los mismos de siempre. Los partidos que se han hecho con el derecho exclusivo de participar en política electoral para ser votados.
Por todo lo anterior, creo que es antidemocrático ver como una virtud el hecho de que “los ‘pluris’ sean ‘seguros’” cuando la principal virtud de la democracia es justamente la incertidumbre que da la voluntad del elector expresada en las urnas y descubierta hasta que todos los votos son contados.
No creo que sea indebido preguntarse e incluso provocar y coquetear con la idea de reducir el número de plurinominales y en un futuro, incluso eliminarlos si aceptamos que son hoy un substituto para la reforma politica, ella si, una más directa y por ende real representación directa del ciudadano común… especialmente de las minorías que podrían hacerse oír con mayor facilidad. Por lo pronto, yo opino que en el Senado todos los plurinominales y de “primera minoría” deben irse ya mismo.
Todo ha de poderse discutir y siempre hay más de una manera de hacer las cosas. En este caso, de dar representatividad al ciudadano… incluyendo aquí si, a las minorías.
Arturo Slinas Guerrero