lunes, 19 de enero de 2015

Tu opinión no es “muy respetable”

Seguramente hemos escuchado o hasta habremos dicho: “Tu opinión es muy respetable pero….”. Parece que casi siempre se dice con la intención de complacer a las buenas conciencias y no atentar contra la corrección política.

 

Desafortunadamente, no deja de ser una pose. Quienes merecen respeto son las personas y no las ideas… Las ideas se confrontan, se rebaten, se desmienten, se destrozan. Pero hay quien a falta de argumentos o capacidad para poner en palabras sus ideas, pretende hacer todo eso con las personas.

 

Son las personas las merecedoras de respeto y no las ideas. Iniciar una frase diciendo “con todo respeto” para pasar enseguida a faltarle al respeto A LA PERSONA no es extraño en una sociedad obsesionada con las formas.

 

Tal vez ello parte del hecho de considerar a las ideas (las propias sin duda) como parte de uno mismo, de ahí que quien es incapaz de argumentar no duda en irrespetar o hasta agredir a la persona cuyas ideas resultan incomodas. Y lo mismo pasa con quien recibe críticas a sus ideas, en no pocas ocasiones, se lo toma como ataques a su persona.

 

Algo similar pasa con las acciones que luego son confundidas con ideas y se pretende por ello sean siempre respetaras.

 

La libertad de manifestación se refiere a manifestación de ideas, por lo que golpear, robar, destruir o MATAR inclusive, ya no puede considerarse una opinión o una idea; ya no solo son palabras.

 

La persona que tiene unas ideas políticas determinadas es tan respetable como quien no las comparte o abiertamente se opone a ellas; sus ideas en cambio no lo son y las acciones surgidas de tales ideas cuando trascienden el ámbito de su propia persona lo son menos aun.

 

Así que si bien “la protesta ha de ser disruptiva o no lo es” (leído por ahí a un intelectual que además tuitea), esa disrupción debe ser causada no por la capacidad de gritar más fuerte o por la capacidad de “estorbar” (como dijo un actor y activista que también tuitea); menos aun por la capacidad de ejercer violencia física para expresar nuestra (no tan) respetable opinión.

 

La protesta donde debe ser disruptiva es en campo de las ideas y opiniones del otro, del que opina diferente de uno y tiene cosas que da por ciertas a toda costa. La protesta debe provocar que se dude y en ese dudar que se deje de creer para entonces procurar saber… Quien sabe, puede ser que nos respondan con un mejor argumento; uno que ponga nuestras ideas en su sitio.

 

Por eso opino que nada justifica hacer violencia a conciudadanos tomándolos prácticamente como rehenes para protestar contra autoridades… El muy socorrido recurso de decir “pero no compares las molestias causadas con esto otro que es mucho peor” es de lo más torpe. Quien lo dice es en realidad quien está haciendo una comparación que no tiene cabida como argumento.

 

Es también respetable la decisión personal de quien se dice creyente, no así las cosas en las que cree y menos lo son sus acciones cuando son tendientes a imponer la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón.

Es inaceptable que en aras de la defensa de una deidad ante la blasfemia se violente a las personas. Una deidad omnipotente no necesita de fanáticos que lo venguen, así que una de dos: o tu deidad no es en verdad omnipotente y no merece que la sigas o es más tolerante que tú y no mereces seguirla.

 

Quizás sea el temor lo que mueve a violentar antes que a aceptar la posibilidad de que el otro tenga razón y la opinión propia no solo no sea respetable, sino que sea una soberana idiotez.

 

En eso radica la bondad de la libertad de expresión, y no en el triunfo de la verdad sobre la mentira como creen algunos. El merito indiscutible de la libertad de expresión es que garantiza la misma oportunidad de opinar tonterías a todos por igual, y con ello, la posibilidad de irrespetar la opiniones. De despedazarlas en lugar de despedazarnos entre nosotros, preferentemente con más argumentos y no con más tonterías.

 

Lo que falta es pues, más respeto por las personas y mandar al demonio con las opiniones ya que honestamente, no merecen respeto alguno.

 

Y bueno. Que una vez dicho todo lo anterior, quiero agradecer a Monique Abdala (@MoniqueAbdala) y a Luis Becerril (@luisbecerrilr) que me hayan invitado a compartir con los respetables lectores y escuchas de Red Siete mis nada respetables ideas. Espero sus correspondientes respuestas disruptivas en el entendido de que tienen ustedes mi respeto, no así sus ideas y opiniones.

1 comentario:

  1. Buen punto el separar las personas de sus ideas y opiniones. Es frustrante querer debatir y que estén de acuerdo con la opinión de uno porque es de uno y no por una razón, somos cosas diferentes.

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