La presunción de inocencia es pilar fundamental de la impartición
de justicia. No se puede en justicia exigir que el acusado demuestre su
inocencia y es obligación del ministerio público demostrar más allá de toda
duda razonable sus acusaciones y señalamientos.
Si bien lo anterior es de elemental justicia en
tribunales, no es menos importante en el día a día. Cuando desde el anonimato
de las masas y/o redes sociales se asegura sin demostrar con la intención de
apoyar la corriente política de preferencia no se trata de una cosa menor.
Asegurar sin pudor alguno que en plena jornada electoral
de Chiapas los simpatizantes de un partido político agredieron con la venia del
gobernador a una persona subiendo fotos para “demostrarlo” y que resulte que la
foto corresponde a hechos distintos y de otro país para mayor falta es un
ejemplo.
Asegurar detrás del teclado y a kilómetros del lugar
de los hechos que ha sido el ejército el que ha disparado contra un menor matándolo
sin que medie prueba pericial es el más reciente caso.
Que el contingente de personas que encararon a
elementos del ejército hayan estado armados y no precisamente con resorteras debería
mover al escepticismo respecto de cualquier versión que asegura de buenas a
primeras que tal o cual lado de la confrontación realizó los disparos letales.
Pero eso no ocurre y los señalamientos a uno u otro
lado del conflicto surgen con la misma velocidad de los tiros. Unos asegurando
la culpabilidad indudable de las fuerzas federales y otros haciendo lo propio
con los civiles.
Las evidencias son innecesarias porque ya han tomado
partido desde antes y consideran que una de las partes en conflicto es incapaz
de maldad alguna o siquiera de equivocarse con lo que la única explicación posible
es que los de enfrente son incapaces de bondad alguna y por tanto solo pueden
actuar de manera violenta.
De lo que no hay duda alguna, es de que hay un niño de
12 años muerto, el es la única víctima segura de este enfrentamiento y el y su
familia vuelven a ser victimizados cuando hay quien comparte la foto del menor
inerte no para pedir justicia y que se aclaren los hechos en que las dos partes
del conflicto estaban armados y se confrontaron, sino para acusar a unos u
otros según la turba a la que se quiere apoyar. No hay quien se conduela
verdaderamente de la desgracia. Sobran eso si quienes le encuentran uso
sectario.
De pilón: Osorio y Rubido han hablado de las “excelentes”
normas de seguridad que hay en las prisiones
pero no explican que falló y como entonces se fugó El Chapo.
EPN hizo bien en seguir visita internacional pero su
mensaje sobre la fuga fue insuficiente, blando y centrado en la visita más que
en la fuga como se requería en ese momento. Luego nada durante el resto de
la gira. Se vuelve a desentender como cuando dijo imperdonable y nada más hizo,
como cuando habló de los cambios luego de las desgracias de fin de año en 2014
y nada se ha hecho.
El problema evidentemente no es unipersonal, pero
tampoco se resolverá con puras declaraciones; menos aun cuando son intrascendentes
y vacías de acciones que las soporten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario